Thursday, December 29, 2011

Time for blog



Se acaba otro año, otro más de rendirme cuentas sobre lo que he hecho y lo que no... Por primera vez creo que hay más cosas en el lugar de las hechas; En general no suelo arrepentirme de lo que hago, son siempre consecuencias de procesos internos que llevan a ese desenlace, independiente de si al dicotomizar el hecho sea finalmente haber llevado a cabo una buena o mala idea.

También ha sido un año en que no he tenido ni tiempo ni ánimo para las culpas, he hecho muchas cosas simplemente porque no me quedaban otras alternativas. Poniendo prioridad en asuntos cortoplacistas. Si tuviera que darle un apodo al año, además de ser un año conchesumadre en muchos aspectos, sobre todo familiares, diría que ha sido el año del "ahora o nunca".

Ha sido también el momento en que he debido encararme, ser más dura conmigo e intentar sacar lo mejor, quitarme las excusas baratas, dejar los planes B de lado, esos que tanto me obsesiona no tener, empezar a verlos como fracasos y luchar por no autocompadecerme.

Quizás los malos momentos, esos en el límite de la crueldad que me ha tocado vivir me han enseñado que todos esos dramas autoimpuestos realmente no son nada tan terrible en sus peores escenarios, que he de tomar mayores riesgos, que basta de jugar en terrenos seguros, que necesito avanzar aunque sea a lugares inesperados.

Muchas veces vuelvo al origen, revisando este mismo blog, en los 5 o 6 años que tiene, sigo siendo la misma persona, experiencias más, experiencias menos, pero con la misma forma de enfrentar y de autoprotegerse. Ciertamente también la misma forma de autosabotearse, aunque siempre con el límite de poder volver atrás.


Yo no necesito aceptarme, creo que me he aceptado demasiado y he sido muy autocomplaciente, no obstante, reconozco que necesito cierta inestabilidad para sentirle el gustito a la vida, el desafío es llevar esa falta de equilibrio a otras áreas que no me corten tanto las alas, de identificar cuando deja de ser el juego y comienza a importar y a dañar, y buscar donde ir a dejar ese instinto, que de momento no he quitado, pero preferiría minimizar a veces.

En suma, estoy conforme con mis procesos internos, pero no puedo decir que fue un buen año, necesita más tierra sobre las tumbas y que sequen las lágrimas.





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