Culpabilidad

De nuevo estaba ahí, interrumpiéndome el sueño, grillos de aquello que no advertí, de poner mis divinizados deseos por sobre sus pobres esperanzas.
Sólo en el límite del sentimiento podría sentirme algo menos insegura; pero de qué: de aquello que no me importaba más que esta culpa moral, que sin embargo no era capaz de doler ni en lo superfluo ni en lo profundo.
El sabor amargo de los besos que reparto en mi sinrumbo no es lo que me desvela, es la anestesia de mi boca lo que corroe en el pecho. Sentimiento solitario que camina besando soledades, distrayéndolas apenas, mas incapaz de sanarlas o aliviarlas.
Hay pasados que no sanan, sólo se cierran infestados de rabia e impotencia, contaminados de sentires. Sólo sangre árida deambula en un cuerpo deseable y palpable, mas sellado al sentimiento. Aventuras fallidas que recorren la piel, expedicionarios muertos en sus bosques.

Y no es tanta poesía lo que entristece el alma, es que ni ella lo consigue.